Hoy, 7 de enero, conmemoramos el nacimiento de Marguerite Perey (1930-1975), una destacada científica francesa cuya dedicación y talento revolucionaron la química. Perey es conocida por su descubrimiento del francio, el último elemento natural encontrado en la tabla periódica, lo que marcó un hito en la ciencia moderna.
El hallazgo del francio en 1939 no fue un accidente, sino el resultado de años de trabajo meticuloso bajo la tutela de Marie Curie en el Instituto del Radio en París. Perey identificó este elemento radiactivo mientras estudiaba el actinio. Notó que las emisiones radiactivas observadas no correspondían a ningún elemento conocido y logró aislar al francio, nombrándolo en honor a su país natal.
Este descubrimiento tuvo implicaciones profundas, no solo completando un espacio vacío en la tabla periódica, sino también avanzando el entendimiento de la radiactividad y los elementos superpesados.
Marguerite Perey fue también la primera mujer en ingresar a la Academia de Ciencias de Francia, rompiendo barreras en un campo dominado por hombres. Su legado inspira a generaciones de científicos y nos recuerda el poder de la curiosidad y la perseverancia.
Hoy, recordamos a Perey como pionera, cuyo trabajo sigue iluminando el camino de la ciencia.